Nos juntamos allí con Agus, con su prima y dos amigas suyas. Sole estaba en la barra de los piratas, y allí que fuimos con los tickets que llevaba Agus.

Pero bueno, la cosa no fue a mayores y no pasamos del famoso puntillo.

En cambio el sábado, ya en Onil, nos fuimos a tomar unos chupitos... como siempre: se pide un litro de algo y se va echando en vasitos de chupito hasta que se acabe, y luego otro.


Empezamos flojito (licor de melón con fanta limón), el segundo, aunque flojo, el camarero se pasó con el licor de fresa (combinado con 7up), pero fue el tercero (el que puso Mar) el que nos mató: Ferrary (Tía María con vodka); y salíamos, por lo menos, a 7 u 8 chupitos per cápita. Y por si no había sido suficiente, remató María con Cacique con fanta limón (más del 50% de ron).


Pues el resto es de imaginar... todos un poco perjudicados. Los únicos listos Mauro y Vane que se fueron antes, y el pobre Pepe nos tuvo que aguantar.

Yo la verdad es que muy mal muy mal no iba, pero algo perjudicado sí. Otras acabaron peor,... sí sí, las que casi tiran a portazos los tabiques de los aseos del Ayuntamiento.

En fin, que no hay quien se escape de las anécdotas con el alcohol, así que... ya sabéis, a contar...